El Valle de Seta
Allí donde el tiempo pasa de puntillas
Dicen que la belleza está en el interior y el de Alicante es bastante desconocido. Guadalest y Alcoy, si acaso, y poco más. Pero más allá de la costa y del turismo de playa existen joyitas rurales por las que el verbo "escaparse" aún cobra todo el sentido. Fageca y el Valle de Seta son uno de esos tesoros desconocidos a las que nadie hace caso (al menos, todavía), pues no aparece en ninguna lista de "lugares que ver en la provincia de Alicante". Hoy os voy a hablar de un lugar sereno entre montañas de caprichosas formas llamado Fageca.
Yeste y Letur
Vivir en la frontera
En esta ocasión tenía muchas ganas de conocer dos pueblos que ejemplifican muy bien los avatares y circunstancias de lo que significaba vivir en la frontera durante aquellos años de conflictos constantes entre ambos bandos, el Reino de Castilla y la Taifa de Granada, el último reino musulmán que resistió a la denominada Reconquista. En ambos se pueden encontrar vestigios de asombrosas creaciones musulmanas que luego pasaron a manos de los cristianos, especialmente el Castillo de Yeste y el trazado urbano de Letur.
Liétor y Ayna, que no es poco
Parece ser que poco a poco vamos cumpliendo con uno de nuestros compromisos viajeros, que no es otro que el de conocer a fondo los pueblos más bonitos de la vecina provincia de Albacete (con sus respectivos atractivos). Ese fin de semana lo aprovechamos para visitar dos pueblos situados en la Sierra del Segura albaceteña a los que hacía tiempo que teníamos muchas ganas: Liétor y Ayna, dos lugares marcados por una película española del año 1988, Amanece que no es poco, de la que luego os hablaré.
Subiendo y bajando en Guadalest y Altea
Al pueblo de Guadalest (El Castell de Guadalest) hacía ya tiempo que le teníamos ganas. Aparece en la lista de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España, a la cual solemos hacer bastante caso. Ademas algunos lo conocen como el pueblo de los museos, y no es para menos ya que en un espacio considerablemente pequeño se concentran nada menos que ocho museos. Todos muy pintorescos, algunos sorprendentes, aunque uno en especial nos llevó al éxtasis contemplativo.
De los avatares de una princesa noruega en Burgos y Covarrubias
Dicen las crónicas que una vez las tierras de Castilla vieron llegar, acompañada de su séquito, a una princesa noruega. Imaginad el impacto sin precedentes y el revuelo que tan exótica presencia debió causar en la sociedad castellana del siglo XIII. Allí la princesa debía casarse con el infante don Felipe, hermano del rey castellano Alfonso X el Sabio. Burgos fue una de las ciudades por las que pasó, y después de morir, sus restos pasaron a descansar eternamente en Covarrubias, cuya belleza nos atrapó irremediablemente, obligándonos a variar nuestra hoja de ruta inicial. ¿Quieres conocer la historia de la princesa Kristina?