
El Lago Ness – Urquhart Castle – Fort Augustus
Indice
Como el día anterior habíamos hecho muchos kilómetros, hoy iba a ser un día algo más tranquilo, así lo habíamos planificado cuando hicimos el itinerario. Era el momento de disfrutar plenamente y sin prisas de uno de los escenarios más emblemáticos de toda Europa, el Lago Ness, y con una leyenda que casi todo el mundo ha escuchado como mínimo una vez en su vida, la del monstruo Nessie.
El recorrido de hoy iba a ser por lo tanto bastante corto, ya que dormiríamos a muy poca distancia de Inverness, donde termina el Lago Ness, en Fort Augustus.
Loch Ness (Lago Ness)
Después del desayuno en An Grianan y de una charla amistosa con unos huéspedes americanos, pusimos rumbo al punto desde donde salen los cruceros por el Lago Ness. Habíamos leído en un diario que la experiencia merecía mucho la pena. La compañía que organiza estos mini-cruceros se llama Jacobite, tienen una serie de cruceros dependiendo de la duración que se desee pasear por el lago, nosotros cogimos el más sencillo, que dura una hora entera y te lleva a ver desde el propio lago y de cerca el Urquarth Castle, del que luego hablaremos. Este crucero se llama Inspiration y parte uno cada hora desde el Clansman Hotel Harbour, a unos 15 minutos desde Inverness. El crucero nos salió a los dos por £26 y a nosotros nos encantó la experiencia. Mientras navegas en el barco, puedes moverte libremente y decidir si estar arriba en cubierta o dentro, con sillones y cafetería. Ellos van explicándote toda la historia del lago, incluyendo lógicamente la historia del monstruo. Además, el día acompañaba y aunque hacía bastante frío debido al viento, hacía sol. ¡Allá vamos!



Nos sorprendió enormemente lo grande que era el Lago Ness (con 37 km de largo es el segundo más grande de Escocia después del Lago Lomond) y también las aguas tan negras que tenía. ¡Parecía petróleo! ¿Puede ser que fuera por lo oscuro de sus aguas que uno cree ver a veces cosas inventadas por nuestra mente? Lo cierto es que aquellas parecían ser condiciones idóneas para avistar todo tipo de cosas extrañas, ¡hasta un monstruo! Los monstruos acuáticos tienen una larga tradición en el folclore escocés pero sin duda es Nessie, el monstruo del Lago Ness, el más célebre de todos ellos desde que fue avistado por primera vez supuestamente a principios del siglo XX.

Además de Nessie, el otro gran reclamo del Lago Ness es el Urquhart Castle, la ruinosa fortaleza situada en un punto estratégico a orillas del lago. Cuando llegamos a la altura del castillo, nos pareció una vista muy bonita para fotografiar. Aquí tenéis un ejemplo:


Terminamos encantados con el crucero, muy poca gente puede decir que ha hecho un crucero por el mismísimo Lago Ness… Era hora de reponer fuerzas, y como en cualquier sitio de interés ahí había una buena cafetería que nos aguardaba. Queríamos visitar el Urquhart Castle (esta vez desde dentro) así que nos pusimos de nuevo en marcha, eso sí, con mucha calma porque el día lo merecía.
Urquhart Castle
En menos de 10 minutos estábamos allí. Dejamos el coche en el amplio aparcamiento y volvemos a hacer uso de nuestra Explorer Pass para acceder al recinto. Nuevamente encontramos una tienda de souvenirs y un amplio restaurante-cafetería donde comeríamos después de salir de nuestra visita. La primera referencia que tenemos del Urquhart Castle es del s. XIII. A partir de entonces ha sido saqueado y reconstruido repetidas veces debido a los conflictos entre ingleses y escoceses. Para muestra, un botón: en 1692 fue bombardeado por los ingleses para evitar que los jacobitas lo utilizasen.


La verdad es que no encontramos un gran volumen de turistas en casi ningún monumento, pero quizás donde más habían era en Urquhart (repito tantas veces el nombre porque al fin he llegado a saber cómo se escribe), sin llegar a ser molesto en absoluto. Supongo que también es por eso que Escocia es un país tan atractivo, porque todavía no está infestado de turistas.

Unos amigos que habían ido a verlo años atrás me dijeron que no merecía la pena visitar el interior de este castillo debido a su estado ruinoso, pero nuestra impresión fue bien distinta y nos encantó verlo por dentro. Quizás porque tanto Inma como yo sabemos apreciar no solamente lo que se conserva en la actualidad, sino también valorar lo que había sido en el pasado, por lo que no compartimos en absoluto la opinión de esas personas que ven «solo piedras». Por supuesto, para gustos los colores. En aquello que sí coincide todo el mundo es en las espectaculares vistas que hay del Lago Ness. Sencillamente precioso.


Al terminar nuestra visita, nos damos una vuelta por la tienda de recuerdos y echamos un vistazo al restaurante. Nuevamente tiene muy buena pinta, así que decidimos quedarnos a comer una sopa del día calentita y unos buenos sandwiches.
Esclusas de Fort Augustus
Como siempre, vamos muy bien de tiempo, así que decidimos ir a la pequeña localidad de Fort Augustus y conocer cómo funciona su famoso sistema de esclusas situado en el punto medio del Canal Caledonia, una vía navegable construida a principios del siglo XIX entre las localidades de Inverness y Fort William con el fin de evitar que los barcos tuvieran que dar la vuelta al país por el Mar del Norte. El diseño del ingeniero esocés Thomas Telford aprovechó la existencia de 3 lagos (Ness, Oich y Lochy) para establecer una vía de unos 100km de longitud.

En Fort Augustus se ubican precisamente las esclusas que permitían (y permiten aún hoy en día) salvar el desnivel entre el Lago Ness y el Lago Oich. Quedarse a observar cómo un barco pasa de una esclusa a otra es cuanto menos interesante.

Falls of Foyers (Cascadas de Foyers)
Al llegar a Foyers dejamos el coche. Había un grupito de japoneses reunidos entorno a una puerta que seguía a un camino montaña abajo y pensamos que sería allí. Al llegar a la puerta, los japoneses nos preguntaron que si aquella era la entrada para acceder al camino que llevaba a la cascada y seguramente sí lo era, porque había un gran cartel allí mismo pero no habían sido capaces de abrir la puerta, pensaban que habían cerrado. Entonces Inma se adelantó y empujó un pequeño mecanismo que abrió la puerta. Los japoneses quedaron absolutamente anodadados y luego estallaron en risas. Pensamos «jo, con lo inteligentes que son para algunas cosas…». Yo exclamé algo así como «ella es mujer, ella es la inteligente…»
El caminito que desciende hasta la cascada es precioso y se pueden seguir varias rutas senderistas hasta llegar a ella. Nosotros elegimos la más sencilla, pero aún así las vistas merecían la pena.

Al llegar a la cascada, un salto de 62 metros de alto en el río Foyers, nos quedamos boquiabiertos, algo que por lo visto también le había ocurrido a uno de los poetas más importantes del país, Robert Burns, quien le dedicó uno de sus poemas.

Nos tocaba volver a deshacer el dichoso aunque hermoso camino que nos llevaría de vuelta a Fort Augustus. Una vez allí buscamos nuestro B&B, que se encuentra ligeramente a las afueras del pueblo. Se llama Kettle House B&B y es una pequeña propiedad en medio de un precioso jardín regentado por un joven matrimonio. La dueña, Natalie, es una chica joven con una risa contagiosa que tuvo un detalle precioso con nosotros: como sabía que aquel era nuestro viaje de luna de miel, decoró la habitación y nos dejó un trozo de tarta!




Una noche romántica donde las haya, y después de cenar en un pub del pueblo nos vamos a dormir. ¡Mañana toca llegar a las Highlands! ¡Buenas noches!