
Mudéjar, pueblos y amantes
Ruta de 3 días por la provincia de Teruel
Indice
Rafa nació en Barcelona pero su alma es aragonesa. No es ningún secreto, él mismo se encarga de proclamarlo a los cuatro vientos. Y es que por mucho que nazcas y vivas en un sitio, a veces uno se siente de otro lugar, porque lo sientes cuando estás allí. Este es su caso. Su madre Victoria es de Fonz, un pueblecito renacentista de la provincia de Huesca. Además, el año pasado nos casamos en Renanué, en pleno Pirineo aragonés. Por todo ello ya era hora de hacer una escapada a la provincia de Teruel, conocer la capital con su patrimonio mudéjar, único en toda España, y algunos de sus bellos pueblos, algunos de ellos considerados de los más bonitos de España. El lema reza: “Teruel existe”, ¡y vaya que si existe!
Día 1: la capital turolense y un soberbio castillo
Desde Cieza hasta Teruel hay unas 3 horas y 45 minutos, por lo que madrugamos un viernes para estar allí sobre las 11h de la mañana. Aquella mañana la pasaríamos en la capital turolense disfrutando de sus muchos atractivos y por la tarde, un buen monumento nos aguardaba, el Castillo de Peracense, uno de los más bonitos que hemos visto en España.
Teruel, la de los amantes y el mudéjar
Aparcamos en el Camino de la Estación y empezamos a explorar esta interesante ciudad subiendo la espléndida escalinata del Paseo del Óvalo, obra modernista de 1920 del arquitecto José Torán para comunicar la meseta sobre la que se asienta el casco histórico con la estación de ferrocarril. Nos impresiona la combinación que en esta obra se hizo de la piedra, el ladrillo y la cerámica de color verde y blanco, imitando el estilo por el que Teruel es conocido a nivel nacional, el arte mudéjar.

Una vez arriba, vamos derechitos a la Oficina de Turismo para que nos indiquen lo imprescindible a visitar, aunque como de costumbre nosotros ya traemos el programa bastante preparado de casa… A Teruel hay que ir fundamentalmente por dos razones. La primera de ellas es el monumento dedicado a los célebres y trágicos amantes. La segunda es su conjunto histórico mudéjar, Patrimonio de la Humanidad desde 1986. El estilo mudéjar representa una de las contribuciones más importantes del arte español, surge aproximadamente en el siglo XII y consiste básicamente en una síntesis en la que se mezclan las influencias cristianas con las islámicas en un momento histórico en el que conviven ambas poblaciones o culturas. Uno de los focos más importantes del arte mudéjar fue el antiguo reino de Aragón, donde la coyuntura económica, política y social favoreció enormemente la introducción de este estilo.
En dirección a la plaza principal (Plaza del torico) subimos la calle El Salvador y pasamos justo por debajo de uno de los principales ejemplos de arquitectura mudéjar, la Torre de El Salvador, levantada a principios del siglo XIV y anexa a la iglesia homónima. Este primer contacto con el arte mudéjar nos deja con ganas de más…

Plaza del Torico
Llegamos a la Plaza del Torico, la plaza más célebre e icónica de la ciudad, pequeña y encantadora. En el centro de la plaza, una fuente con un alto pedestal columnario de piedra labrada sobre el que preside una diminuta escultura de un toro, muy querido por los habitantes. Alrededor de la misma, una serie de casas de estilo modernista embellecen y dan señorío a la pequeña plaza.

Catedral Santa María de Mediavilla
Después de visitar el Museo Provincial, situado en el Palacio de los Marqueses de Tosos, nos maravillamos con otro de los ejemplos de arquitectura mudéjar de Teruel, la Catedral Santa María de Mediavilla, conjunto de gran complejidad, fruto de ocho siglos de existencia.
Su techumbre, realizada en torno al 1300, es de estilo mudéjar. De madera, con armadura de par y nudillo, está profusamente decorada con elementos vegetales estilizados, geométricos y epigráficos de tradición islámica y decoración figurada gótica lineal. La catedral posee, además, una de las torre-campanario mudéjar de la ciudad (1257-58), cuya parte baja es atravesada por una calle, al igual que la Torre de El Salvador.
Mausoleo de los Amantes
Volvemos sobre nuestros pasos, atravesando de nuevo la Plaza del torico, esta vez en dirección al Mausoleo de los Amantes, visita obligada en Teruel. Actualmente la Fundación Amantes de Teruel gestiona no solamente el mausoleo sino también el conjunto mudéjar de San Pedro. Al llegar allí, nosotros decidimos comprar la entrada combinada para ver ambos monumentos, incluyendo la visita guiada a la Iglesia y la Torre de San Pedro.
Empezamos por el Mausoleo de los Amantes de Teruel, inaugurado en 2005. En el interior uno encuentra diversas salas expositivas que pretenden acercar la historia de estos amantes al visitante. Como la historia es bien curiosa y además estamos en Aragón, pues la contaremos en clave aragonesa: había una vez, durante el siglo XIII, un zagalico que se llamaba Juan Martínez de Marcilla, no el del café, sino uno que vivía en la ciudad de Teruel. Este joven se enamoró de una doncella, muy, muy rica, que se llamaba Isabel de Segura. Como él era pobre, el padre de ella no lo quería como yerno, así que prometió a la doncella irse a la guerra, haciéndole prometer a ella que le esperara cinco años, periodo durante el cual él se haría tan rico como ella. Y así lo hicieron. Él se fue y ella pues venga a esperar hasta que pasó el plazo y el padre la obligó a casarse con otro. Pero resulta que el zagalico volvió y fue a la casa de la doncella, ya casada y le pidió un beso. Al rechazarle ella, pues el zagalico se murió del susto, o del disgusto, vaya. En estas que a él le iban a dar sepultura en la iglesia, pero ella quería darle un beso al cadáver, menuda grima, pero es que se acordó de cuánto la quería el joven, así que se lo dio tan fuerte que acabó muerta ella también. Y ambos fueron enterrados en la misma sepultura.


El fabuloso mausoleo de mármol es obra del escultor Juan de Ávalos. El mural pintado que hay en la misma sala es obra del pintor Jorge Gay.

Conjunto mudéjar de San Pedro
Cuando terminas de visitar el mausoleo, aquellos que han reservado la visita guiada a la Iglesia de San Pedro deben cruzar por una puerta que conecta ambos edificios. El templo, de una sola nave, data del siglo XIV y se trata del único ejemplo de iglesia mudéjar que se conserva en Teruel, ya que los otros dos (San Martín y San Salvador) solo conservan las torres. De todos los edificios que hemos visto hasta ahora, este es sin duda el más bello e interesante de la capital turolense.


Una vez visitas la iglesia, te invitan a subir a la Torre de San Pedro, del siglo XIII, considerada el monumento mudéjar más antiguo de la provincia de Teruel. Desde arriba uno puede contemplar los demás templos religiosos, así como también las otras torres mudéjares de la ciudad.

Ya era hora de comer, así que decidimos tomarnos un descanso antes de volver al coche y dirigirnos al primero de los castillos que veríamos en nuestra escapada. Teruel nos había dejado un buen sabor de boca, ¡estábamos muy contentos de habernos decidido por este destino!
El Castillo de Peracense, la fortaleza roja sobre la roca
Hay unos 50 minutos desde Teruel hasta el Castillo de Peracense, uno de los más hermosos y pintorescos (por su ubicación) que hemos visitado. El camino resulta algo desalentador, parece que estás en medio de la nada, además el acceso es algo dificultoso. Pero todo merece la pena cuando llegas a ver el castillo, imponente, construido sobre una escarpada formación rocosa.

Asentado casi a 1400 metros de altura junto al cerro de San Ginés, el castillo de Peracense data del siglo XIII y su construcción, como la de otros castillos vecinos, es fruto de la rivalidad entre los reinos de Aragón y de Castilla. Tiene tres recintos concéntricos que actúan de tres niveles de elevación diferentes. El primero de ellos posee una colección de armas y catapultas diversas al aire libre, aunque sin duda el más vistoso y espectacular es el segundo, literalmente construido encima de la roca. Desde el tercero, las vistas son sencillamente preciosas.

A nuestro juicio, merece muchísimo la pena venir a visitar este castillo, quizás uno de los menos conocidos pero sin duda más espectaculares. Hoy en día se encuentra en un estado de conservación formidable, y es que, amigos míos, estamos en Aragón, y en Aragón se respeta mucho la cultura.

Recorremos la hora y veinte minutos que dura el trayecto de vuelta hasta nuestro hotel, a unos 5 kilómetros pasado Mora de Rubielos. En el Hotel Masía la Torre pudimos disfrutar de todas las comodidades, incluyendo una fantástica cena de autor y un paseo nocturno por el campo a la luz de la luna, ¿qué más se puede pedir?
¡Buenas noches!
Día 2: dos pueblos con encanto…
Empezamos nuestro segundo día visitando Mora de Rubielos, un pueblo que está a unos pocos kilómetros de nuestro hotel. Lo primero que hicimos fue ir a ver su enorme castillo, de un tamaño exageradamente grande teniendo en cuenta que el pueblo es bastante pequeño, pero todavía no había abierto sus puertas, de modo que decidimos darnos una vuelta por el pueblo, declarado Conjunto Histórico Artístico en agosto de 1978, y volver luego a última hora del día para no perder tiempo. En esta parte de España los pueblos tienen un encanto especial, da gusto pasear por sus calles sin rumbo fijo y perderse sin querer.
Uno de los principales motivos por los que habíamos venido a la provincia de Teruel era la visita a Albarracín, catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España. Nuestra curiosidad era extrema y nuestras expectativas muy altas. Vamos a dedicar la mayor parte del día de hoy a explorarlo a fondo para luego terminar, como hemos dicho, en Mora de Rubielos.
Albarracín, ¿el pueblo más bonito de España?
En aproximadamente una hora y cuarto, después de un último tramo de carretera muy interesante y pintoresco, llegamos al escondido Albarracín, considerado por muchos como el pueblo más bonito de nuestro país. A la entrada del pueblo hay un amplio aparcamiento para que dejes allí el coche y no tengas que preocuparte más, únicamente por disfrutar. Lo primero que nos sorprendió de Albarracín es su ubicación privilegiada: se encuentra en plena Sierra de Albarracín, a unos 1180 metros de altitud y con un río pasando justo por al lado, el Guadalaviar.


Desde el aparcamiento subimos a pie hasta el centro, concretamente hasta la Plaza Mayor, donde está el Ayuntamiento y un precioso mirador que da a la catedral, una auténtica maravilla. Allí mismo debía comenzar a las 11’30h una de las dos visitas guiadas que habíamos contratado por Internet para aquel día con la compañía El Andador.
La visita guiada en Albarracín comienza con una introducción histórica en la misma plaza. Más tarde la guía oficial acompaña al grupo a través de un pausado recorrido por sus calles empedradas y sus casonas de tan característico color rojizo, deteniéndose en diversos puntos estratégicos, entre monumentos y rincones especialmente bonitos. Durante el paseo va explicándote diversos aspectos ligados a la arquitectura civil y religiosa. Este pueblo no tiene desperdicio ninguno y cada rincón es realmente único.
Resultan especialmente llamativas las mansiones de la antigua nobleza local, muestra del lujo y opulencia vividos en estas tierras siglos atrás, con sus escudos y blasones señoriales, sus rejas de forja en ventanas y balcones y las peculiares aldabas que visten sus puertas. Durante la visita guiada con la guía de El Andador, uno tiene la oportunidad de adentrarse en una de estas casas nobles y visitar su interior.
También te llevan a ver los rincones más bellos y especiales, rincones desde donde se obtienen las mejores panorámicas. Desde los miradores pudimos admirar la fabulosa muralla medieval de Albarracín (de construcción musulmana), que protege a la ciudad con su brazo de piedra. Conviene mencionar que esta muralla formaba parte del primigenio sistema defensivo formado en sus épocas de máximo esplendor por tres fortalezas distintas: la de Doña Blanca, El Señorío y El Andador.
Otros edificios de interés en Albarracín son la Catedral de El Salvador, edificio del siglo XVI asentado sobre uno anterior del siglo XII, la Iglesia de Santa María, la Iglesia de Santiago y el Palacio Episcopal, que no tuvimos tiempo de ver con detenimiento. Y es que este pueblo bien merece una segunda visita en el futuro, y una tercera, y una cuarta. En vez de eso preferimos visitar uno de los tesoros que guarda los alrededores.
Pinturas rupestres de Albarracín
Comimos estupendamente en uno de los bares del casco antiguo y volvimos al aparcamiento. Esa tarde teníamos programada una segunda visita guiada, también con El Andador, una muy especial dedicada a descubrir las pinturas rupestres de los alrededores de Albarracín. A nosotros siempre nos han gustado el arte, incluso el más antiguo y primitivo. A unos cuatro kilómetros de la localidad se encuentra un paisaje protegido dentro del Parque Cultural de la Sierra de Albarracín. Allí, sobre las areniscas rojas llamadas en la comarca “rodeno” se encuentra un conjunto de abrigos con pinturas pertenecientes al Arte Rupestre Levantino que son Patrimonio de la Humanidad.
Esta visita dura también alrededor de una hora y media y la disfrutamos casi más que la primera pues nuestra guía, la misma mujer que nos había mostrado el casco histórico por la mañana, demostró una pasión difícil de igualar por el arte rupestre. Como de costumbre éramos las únicas personas jóvenes de todo el grupo, ¡ya estábamos acostumbrados! Las pinturas en cuestión representan escenas de animales como toros, ciervos y caballos, así como hombres cazándolos o danzando.

Hay que fijarse mucho para ver las figuras rupestres de Albarracín, datadas entre el 6000 y el 2000 a.C., resultando casi imperceptibles para el ojo humano. Sin embargo la visita merece mucho la pena, no solo por la importancia de las pinturas en sí, sino también por el paseo a través de un hermoso bosque que tiene su momento álgido cuando te llevan a ver un extraordinario mirador con un acantilado en caída libre.
LOS CANTINELEROS RECOMIENDAN…
La empresa El Andador ofrece estupendas visitas guiadas al casco histórico de Albarracín, a la sierra de Albarracín, a las pinturas rupestres y al Teruel mudéjar, todas ellas de la mano de guías oficiales muy profesionales. Si eres un amante de la historia concierta una de sus visitas en el siguiente enlace.
Mora de Rubielos, templo y fortaleza imprescindibles
Encantados con aquella visita, regresamos al coche para poner rumbo de nuevo a la comarca de Gúdar-Javalambre, concretamente a otro pueblo con encanto, Mora de Rubielos y visitar, esta vez sí, su castillo, uno de los más impresionantes que hemos visto nunca. Esta inmensa mole de piedra y ladrillo se debe a los Fernández de Heredia, una de las grandes familias nobles de Aragón, quienes se establecieron en el señorío de Mora en el siglo XIV. Queriendo colaborar con los reyes de Aragón frente a posibles incursiones castellanas, le dieron el actual aspecto de plaza inexpugnable.

Toda la austeridad decorativa que presenta el exterior del castillo termina en cuanto accedemos a su interior. El castillo era el centro administrativo, económico y militar del señorío, pero también la residencia del señor. Por lo tanto, combinaba a la perfección la funcionalidad de este tipo de edificios con la comodidad, el confort y la belleza decorativa propia de un espacio donde residían y ejercían las labores de gobierno una familia importante como los Fernández de Heredia.


Satisfechos por todo lo que habíamos visto, regresamos al hotel y cenamos de nuevo en su restaurante. ¡Otra cena fantástica para un día fantástico! ¡Hasta mañana!
Día 3: … y otros dos más
Nos levantamos con todo el día por delante para aprovechar antes de volver a casa a última hora de la tarde. Cogemos el mapa turístico de la provincia de Teruel: hoy nos apetece perdernos por algún pueblecito y quizás alguna pequeña ruta de montaña a pie. Preguntamos al recepcionista del hotel y muy amablemente nos aconseja ir a Alcalá de la Selva, no muy lejos de allí, y luego a Rubielos de Mora, otro de los considerados «pueblos más bonitos de España». ¡Ya tenemos plan para hoy!
Alcalá de la Selva, un graderío de casas colgadas
Llegamos a Alcalá de la Selva sobre las 11h de la mañana y empezamos a recorrer este hermoso pueblecito ubicado en pleno corazón de la Sierra de Gúdar, en el curso alto del Río Alcalá. Nos dirigimos directamente a la pequeña Oficina de Turismo, a los pies de la localidad, donde nos recomiendan visitar primero la Iglesia de San Simón y San Judas, de finales del siglo XVI. Este pueblo es muy bonito pero hay demasiados coches en su plaza principal, lo cual resta algo de atractivo a su casco histórico de origen medieval.

Más tarde subimos a ver las ruinas del Castillo de Alcalá de la Selva, construido de nuevo gracias a la iniciativa de los Fernández de Heredia allá en el siglo XIV. Desde allí se obtienen unas vistas fabulosas de todo el pueblo, con su precioso graderío de casas solariegas colgadas sobre el valle. ¡Qué paseo más agradable!
Caños de Gúdar
En la Oficina de Turismo también nos recomendaron uno de las innumerables parajes naturales que existen por esta zona, concretamente una muy cercana a Alcalá de la Selva que te lleva en una corta ruta a través de unas cuantas cascadas naturales, así que no lo dudamos y nos dirigimos hasta allí para recorrerla. Esta preciosa zona se llama Caños de Gúdar y se encuentra donde se forma el río Alfambra. Y es que de vez en cuando a los cantineleros también nos gusta respirar aire puro y saborear la naturaleza en todo su esplendor.


Rubielos de Mora, breve paseo por el Medievo
Al terminar esta pequeña ruta decidimos regresar por la misma carretera por la que habíamos venido y detenernos en Rubielos de Mora, donde lo primero que hicimos fue comer en un buen restaurante, el Bar Restaurante El Aljibe (muy recomendable, un capricho a veces no viene nada mal…), y más tarde darnos un buen paseo por este precioso pueblo, otro de los que uno no debe perderse si se viaja a la provincia Teruel. Es otro de esos sitios en los que uno puede oler a Medievo…
Como no queríamos regresar tarde a casa (nos esperaban más de tres horas de viaje) decidimos recorrer el casco antiguo sin detenernos demasiado, de modo que fue una visita exprés. Accedimos al casco histórico a través del fabuloso Portal de San Antonio, una torre de estilo gótico por la que entraban al pueblo las personas ilustres de antaño, y quiénes más ilustres que nosotros para cruzarla en pleno siglo XXI.

Justo enfrente, una vez cruzado el portal, se encuentra la Casa Consistorial, probablemente el edificio más notable de la localidad por su belleza. Actualmente alberga el Ayuntamiento y la Oficina de Turismo. En realidad se trata de uno de los palacios renacentistas más interesantes de la zona, cuyo interior no pudimos disfrutar plenamente porque a aquellas horas estaba cerrado, tuvimos que conformarnos con hacer una foto al precioso patio interior a través de la puerta de entrada.

Posteriormente callejeamos sin rumbo por el hermoso pueblo, atravesando antiguos palacios y casas nobles con sus escudos de armas y balcones elaborados con forja. Estaba casi desierto a primera hora de la tarde, lo cierto es que es un verdadero placer poder disfrutar de él prácticamente a solas. Entre otros monumentos que encontramos a nuestro paso, pasamos por delante de la Iglesia de Santa María, del siglo XVI, y del monumento al toro embolado (la fiesta más popular de la localidad), obra del escultor José Gonzalvo, en la Plaza del Carmen.




Por desgracia, era la hora de volver a casa, así que regresamos al coche, llenamos el depósito en una gasolinera y nos despedimos de Teruel y de Aragón hasta una próxima vez.
Esperamos que hayáis disfrutado de esta escapada de tres días a una de las regiones menos pobladas de España pero con un encanto sin igual. ¡Viva Teruel!
Alojamiento cantinelero
El Hotel Masía la Torre se encuentra justo a medio camino entre dos de los pueblos más encantadores de la provincia de Teruel, Mora de Rubielos y Rubielos de Mora, por lo que es un excelente “centro de operaciones” para explorar la zona. Se trata de una antigua masía convertida en hotel de estilo rústico y decoración sofisticada y contemporánea. Cuenta además con un excelente restaurante, lo cual nos vino muy bien al final de cada día para disfrutar de unos platos exquisitos. ¡Sin duda muy recomendable!



Un comentario
lamismacantinela
Muchísimas gracias Reyes!! No sabes la ilusión que nos hacen tus comentarios, nos dan fuerzas para seguir compartiendo rutas y viajes. Esta escapada es de hace unos añitos y todavía nos faltan muchos pueblos bonitos de la provincia de Teruel, esperamos ir a verlos muy pronto. Gracias, gracias y gracias!!