
Qué ver en Moratalla
Razones por las que enamorarse de mi municipio murciano preferido
Indice
Cada vez que necesito respirar, en un sentido figurado o literal, me escapo a Moratalla. Porque Moratalla sacia mi hambre de cultura y de contacto con la naturaleza. Desde que lo pisé por primera vez, quise dedicarle un artículo a Moratalla, mi lugar preferido de la Región de Murcia, y a pesar de todo el tiempo invertido y de mis muchas escapadas, todavía no he conseguido conocerla por completo. En Moratalla siempre hay un nuevo secreto aguardándote, invisible a nuestros ojos, que diría el Principito del cuento de Saint-Exupéry. Porque Moratalla es inabarcable e inagotable.

Pretender escribir un artículo todo lo que uno puede hacer en Moratalla, uno de los municipios más extensos de España, no deja de ser una tarea cuanto menos ambiciosa, no solo por su extensión, sino por la cantidad indecente de atractivos patrimoniales y naturales que atesora. Sin embargo, me veo en la obligación de contribuir en la tarea de dar a conocer todo lo que ofrece con el fin de que poco a poco pueda ir saliendo de ese ostracismo tan absurdo e injusto en el que está inmerso. Si nunca habíais oído hablar de Moratalla, no sabéis lo que os estáis perdiendo.

Pero no os preocupéis, yo os voy a contar las razones por las que os vais a enamorar irremediablemente de este maravilloso municipios de la comarca del Noroeste murciano.
El imponente castillo
La primera de estas razones es el monumento más emblemático de la localidad, la Torre del Homenaje del castillo, una de las mejor conservadas de toda la Región de Murcia. La fortaleza parece soportar todo el peso de la historia moratallera desde que se constituyese en sus inicios como una posición defensiva musulmana dependiente de la medina de Segura de la Sierra, conformando junto a otros pueblos del territorio una linea divisoria que separaba los reinos andalusíes de los cristianos.
El primitivo castillo musulmán o hisn sufrió profundas transformaciones a partir del siglo XIII tras la conquista castellana de la población y su cesión a la Orden de Santiago, cuando Moratalla y su fortaleza se convirtieron en cabeza de una encomienda santiaguista.

Se sabe por fuentes históricas que el cuerpo sin vida de uno de los comendadores que residieron en la fortaleza, Alfonso de Vozmediano, fue colgado en 1465 en la reja que hay sobre la puerta de acceso al castillo, aún visible hoy en día.
La antigua galería porticada y las cinco torres que completaban el recinto han desaparecido, a excepción de la Torre del Homenaje. La propia Orden consideraba este elemento como un modelo de perfección y eficacia, ya que fue diseñado con una serie de dependencias (prisión, aspillerías, aljibes y otras estancias para almacenar víveres) que la convertían en un elemento autosuficiente, capaz de resistir un largo asedio. La visita al interior os hará viajar a la época medieval y las vistas al trazado urbano desde su parte superior os dejarán sin aliento.
¿SABÍAS QUE…?
Este castillo fue testigo de uno de los hechos más legendarios de la taifa de Murcia. Según cuenta el escritor Ibn al-Jatîbn, en el año 1147 el emir Ibn Hilal decidió sublevarse contra su primo, Ibn Mardanis, que la posteridad recordará como «el Rey Lobo» y señor absoluto de la taifa de Murcia, apoderándose de Moratalla junto a otras dos plazas más.
Pero la astucia como guerrero de Mardanis pronto le permitió contrarrestar la rebeldía de Hilal, haciéndole prisionero y exigiéndole la entrega del castillo de Moratalla bajo pena de saltarle un ojo. Ante la negativa de Hilal, le hizo vaciar el ojo derecho. Después, el rey de Murcia pidió a la mujer de su primo la entrega de Moratalla con la amenaza de dejar ciego a su marido, pero ella no dio crédito a las palabras de Ibn Mardanîs y allí mismo le saltaron el otro ojo.

La renacentista Iglesia de Sta. María de la Asunción
Junto al castillo, el otro gran edificio que destaca sobre el perfil moratallero es su templo principal, la Iglesia de Sta. María de la Asunción. De una construcción anterior han sobrevivido algunos vestigios que fueron incorporados al templo actual, como el esbelto ventanal sobre la sacristía perteneciente al gótico flamígero, uno de los pocos elementos de este estilo conservados en la Región.
El crecimiento demográfico que experimentó la villa en el siglo XVI hizo que se planteara la necesidad de construir un nuevo templo de gran monumentalidad bajo dirección inicial de Francesco Fiorentino, arquitecto italiano que también participó en el proyecto del campanario de la Catedral de Murcia. A éste sustituyó más tarde primero Juan de Marquina y después, Pedro de Antequera.

Una importante crisis económica azotó la actual comarca del Noroeste murciano durante el siglo XVII, obligando a paralizar las obras de gran parte de sus iglesias. Si nos fijamos bien, nos daremos cuenta de que la de Moratalla también quedó inacabada por la parte del coro.
Resulta imprescindible visitar el interior abovedado de este templo de estilo columnario que fue ricamente decorado durante el siglo XVIII, además de disfrutar de las espectaculares vistas que brinda el mirador situado en la Plaza de la Iglesia. Desde aquí, una espectacular panorámica del entramado urbano de Moratalla se abrirá ante vosotros como una intrincada composición cubista. ¿A que dan ganas de recorrerlo a fondo? ¡Pues no se hable más!

El casco histórico medieval
Otra de las razones por las que uno se enamora de Moratalla es su trazado urbano, que conserva la esencia medieval de aquellos tiempos en que era tierra de frontera. Una de las mejores cosas que podéis hacer aquí es perderos por el entresijo de las estrechas y empinadas calles que se extienden alrededor del castillo. Seguro que, mientras serpenteáis, ascendéis y descendéis por ellas, encontraréis rincones verdaderamente bonitos, como la estrecha y decorada Calle Vélez (conocida por los propios moratalleros como el «callejón de las flores»), y algunas casas señoriales con sus respectivos escudos heráldicos, como la Casona de Rueda.

Durante vuestro paseo no podéis olvidar visitar otros monumentos importantes de la localidad, como la Ermita de Santa Ana, el Teatro Trieta o, muy especialmente, la iglesia del Convento franciscano de San Sebastián, construido en el siglo XVI sobre una antigua ermita dedicada a San Sebastián. A pesar de haber sufrido numerosos avatares históricos (el más importante, un incendio en el siglo XIX), aún conserva su soberbia portada barroca original donde figuran las imágenes de San Sebastián y San Francisco, y su torre enladrillada de cuatro cuerpos.
La Fiesta del Tambor, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad
Pocas poblaciones pueden presumir de atesorar varios Patrimonios de la Humanidad reconocidos por la UNESCO. Moratalla tiene sus abrigos de arte rupestre prehistórico, sus construcciones en piedra seca y su Fiesta del Tambor, declarada en 2018, junto a la de otros 22 municipios, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Y es que la Fiesta del Tambor es casi una religión en Moratalla, y nunca mejor dicho, pues a pesar de que en la actualidad esta arraigada tradición se encuentra íntimamente ligada a la Semana Santa (se lleva a cabo concretamente todos los Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección), se sabe que sus orígenes tienen que ver con un acontecimiento pagano de rebeldía contra cualquier tipo de imposición social, costumbrista y cultural, especialmente contra los procederes de castigo que llevaba a cabo la Inquisición.

Esto ha propiciado sin duda que la Fiesta del Tambor de Moratalla tenga una serie de particularidades que la hacen única con respecto a otra fiestas del tambor similares. Por ejemplo, ¿sabíais que éste es el único pueblo donde el tamborista toca con la cara tapada con capirote? ¿Y que éste redobla de forma personal e individual y viste túnicas que adoptan los más variados colores?
Imaginad el espectáculo multicolor que se crea alrededor del estruendo. ¿Sabíais, además, que durante la fiesta se producen duelos entre tamboristas en los que rivalizan en destreza y potencia? Sobre estos y otros aspectos relacionados con esta peculiar costumbre, podréis instruiros en el Museo del Tambor, situado debajo de la Plaza de la Iglesia.
El Centro de Interpretación de Arte Rupestre
En el término municipal de Moratalla se conservan más del 50% de todos los abrigos con pinturas rupestres que se han descubierto hasta la fecha en la Región de Murcia, lo cual convierte a la villa moratallera en el foco más importante a nivel regional en arte prehistórico y en uno de los más destacados del Arco Mediterráneo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998.
A unos 7 kilómetros del pueblo, en las estribaciones orientales de la Sierra de los Álamos, se encuentra el precioso paraje natural protegido de Casa de Cristo, conocido como el «balcón del Noroeste» por sus fabulosas vistas a la sierra de Moratalla. Allí, la Ermita Casa de Cristo alberga hoy el único Centro de Interpretación de Arte Rupestre de la comunidad autónoma, cuya visita resulta imprescindible para conocer el rico patrimonio rupestre murciano y levantino.

El centro da la bienvenida con un documental introductorio sobre el arte rupestre del Arco Mediterráneo y sus distintos estilos, tras lo cual pasaréis a la primera planta donde se visita una completísima sala expositiva con toda clase de recursos didácticos e interactivos acerca de los diferentes abrigos y cuevas repartidas por toda la Región. Desde el Centro de Interpretación se puede concertar alguna de las visitas guiadas disponibles a los distintos abrigos rupestres que han sido puestos en valor en las inmediaciones del municipio, entre los que destacan los de Cañaíca del Calar, Fuente del Sabuco o Chamanas de la Risca.

Las pinturas rupestres de Cañaíca del Calar
De todas estas excursiones, la de los abrigos rupestres de Cañaíca del Calar, en la pedanía de Calar de la Santa, es sin duda la más completa, ya que se encuentra en un lugar de excepcional belleza e importancia natural, el Bosque de Sabina Albar más meridional de toda Europa (no en vano es Zona de Especial Conservación dentro de la Red Natura 2000).

Los abrigos rupestres de Cañaíca del Calar son referentes a nivel internacional pues tienen la particularidad de que en apenas 600 metros de distancia se puede asistir a un amplio salto evolutivo en una época clave entre el Epipaleolítico y el Neolítico, evidenciado en dos estilos artísticos diferentes, el levantino en el Abrigo II (con su emblemática figura del ciervo) y el esquemático en el Abrigo III. ¡Fascinante!

El Bosque «encantado» de Bajil
Como ya habréis podido intuir, Moratalla es la joya del turismo rural en la Región de Murcia. A lo largo y ancho de su término municipal existen tesoros realmente únicos que podréis descubrir en una de las muchísimas rutas senderistas que pueden llevarse a cabo. La mayoría, por supuesto, pueden hacerse por libre, pero mi consejo es que siempre que podáis, vayáis con alguien que conozca la zona, pues resulta imprescindible para no perderos.
Éste es el caso del Bosque de Bajil, cuyo interior es un laberinto en sí mismo, ya que no dispone de puntos de referencia visual y su tupida maquia de carrascas impide la visión panorámica, de ahí que haya servido de refugio desde la prehistoria a algunas comunidades. Esta razón, unida a su singularidad ecológica y geológica han alimentado la creencia popular de que este bosque está encantado.

La ruta guiada-interpretativa que combina el Bosque de Bajil y las Cuevas de Zaén es la más completa de todas las que pueden llevarse a cabo en la Región de Murcia, pues atesora una extraordinaria riqueza arqueológica, ambiental, histórica y geológica. El territorio actual de la pedanía moratallera de Campo de San Juan posee un interés paleogeográfico y sedimentológico sin parangón ya que forma parte de la antigua conexión marina entre el Atlántico y el Mediterráneo, el denominado Estrecho Norbético. En este sentido, los parajes de Zaén y Bajil constituyen la última fase del cierre de dicho estrecho, conservándose de una forma excepcional una cantidad ingente de vestigios submarinos con millones de años de antigüedad.

Esta ruta combinada puede durar entre 4 y 6 horas, dependiendo del ritmo del grupo, y comienza con la visita del Bosque o Carrascal de Bajil, uno de los últimos bosques mediterráneos autóctonos del Levante (Zona de Especial Conservación y Zona de Especial Protección de Aves dentro de la Red Natura 2000). Durante el recorrido os adentraréis primeramente en las entrañas de dos exo-cuevas subterráneas declaradas Bien de Interés Cultural, conocidas como La Iglesia y Los Morciguillos, donde en la más absoluta oscuridad caminaréis solo con la ayuda del foco de vuestras linternas entre estalactitas, estalagmitas, pilones y columnas.
Confío en que tengáis la misma suerte que tuve yo en su día, la de poder ser testigo privilegiado de cómo descansan los murciélagos. Una experiencia irrepetible, ¡os lo puedo asegurar! No se recomienda entrar en ellas sin guía, ya que la presión antrópica podría ponerlas en peligro.

Durante el largo camino que continúa tendréis la oportunidad de visitar lugares absolutamente mágicos como el Calderón Grande, un promontorio calcáreo con petroglifos donde se cree que antaño se practicaban rituales chamánicos. Un sendero donde los líquenes y el muérdago cuelgan de los árboles (fruto de la temporada de lluvias en otoño) os llevará después hasta la Cueva del Esquilo, un espectacular abrigo con pinturas rupestres medievales, entre las que destaca la enigmática representación de un barco como aquellos que hacían la ruta de las Américas, ¿no es increíble encontrar semejante elemento costero en un lugar de interior?
Finalmente, subiréis al Cerro de las Víboras, donde descansan los restos de un poblado prehistórico que estuvo habitado entre el Calcolítico y el Bronce pleno. A la necrópolis megalítica próxima al poblado, datada en el Calcolítico, pertenece el mal llamado «dolmen de Bajil», un megalito que aunque haya llegado alterado hasta nosotros, todavía conserva intacta toda su majestuosidad. ¿Os parece lo suficientemente completa esta ruta?

Las vertiginosas Cuevas de Zaén
La guinda del pastel a esta ruta combinada con el Bosque de Bajil son las espectaculares Cuevas de Zaén, el mejor lugar posible desde donde hacerse una idea de la desmesurada extensión y profundidad marina que tenía el Estrecho Norbético. Imaginad un precipicio de roca natural compuesto por diversas cavidades gigantescas con millones de años de antigüedad sobre el que tendréis, además, unas vistas al Campo de San Juan de auténtico infarto.
A vuestro paso, fósiles, grutas y formaciones rocosas que otorgaron a este espacio natural la denominación de Lugar de Interés Geológico (LIG) sobre el que me atrevería a asegurar con absoluta rotundidad que se trata de uno de los lugares más impactantes y vertiginosos de todo el Levante español, ¡y prácticamente desconocido!

Recordad que no es necesario hacer la ruta combinada con el Bosque de Bajil para poder disfrutar de esta maravilla geológica. Para admirar las Cuevas de Zaén, tan solo tendréis que dar un corto paseo a pie desde el llamado caserío de Bajil. Eso sí, la visita debe hacerse con una gran precaución debido al riesgo de caídas desde una gran altura y a los desprendimientos, ya que no hay medidas de seguridad. Recordad que debéis ser tremendamente respetuosos con este tesoro natural para que las generaciones venideras puedan seguir disfrutando de su incalculable valor geológico.

El río Alhárabe, ocio para toda la familia
El término municipal de Moratalla también ofrece todo tipo de actividades para el ocio en familia. Rutas mucho menos exigentes que hasta los más pequeños pueden hacer sin problemas y bonitas pozas naturales donde pegarse un buen chapuzón en los meses de verano. Este es el caso de los muchos bellos rincones que encontraréis en las inmediaciones del río Alhárabe, cuyo nombre preciso era Alárabe (fue cambiado por una transcripción errónea en el siglo XIX). Sus aguas riegan la zona norte del municipio moratallero.

El punto de referencia siempre será el mismo, el aparcamiento exterior del Camping La Puerta, ubicado en el paraje del mismo nombre a unos 8 km del pueblo. Desde allí, tendréis varias opciones. Si lo que os apetece es un plan tranquilo, os recomiendo quedaros en las inmediaciones, iniciando la senda que sigue el curso del río aguas arriba, dejando siempre el camping a mano derecha.
Disfrutaréis de los diversos saltos de agua y pozas que se crean hasta llegar al merendero con varias mesas de piedra que está situado junto a la pequeña presa. Se trata de una zona de picnic muy agradable donde se puede comer al aire libre y refrescarse en el río mientras los más pequeños juegan a sus anchas. Este es, sin duda, un lugar ideal para pasar un día en familia. Por cierto, aunque no estéis alojados en el camping, podéis entrar en sus instalaciones para comer en su restaurante y utilizar sus baños.

La segunda opción pasa por llegar a las Pozas de Somogil, la pequeña joya termal del municipio, bien en coche (se llega en apenas 10 minutos desde el aparcamiento del camping, aunque no resulta precisamente sencillo encontrarlas al no estar señalizadas), bien a pie, en una ruta senderista circular de unos 8 km de distancia (ida y vuelta) entre espectaculares parajes, trepando por algunas piedras de gran tamaño y túneles vegetales con enredada vegetación, atravesando el reino del majestuoso Barranco de Hondares, otra más de esas maravillas paisajísticas que atesora este municipio y que debería ser cuidado y mimado por cualquier visitante (lamentablemente, no siempre es así).

Las Pozas de Somogil es un manantial de aguas termales que brotan a 24º C, consistente en una pequeña cascada y dos pozas naturales formadas en la roca. En ellas confluyen dos corrientes de agua: una superficial, la fría, que aporta el chorro del arroyo Hondares desde su lejano nacimiento, y otra subterránea, la caliente, que brota del interior de un profundo acuífero aprovechando una falla en la roca caliza. Por tanto, dos grifos naturales, uno frío y otro caliente, como en un spa pero en plena naturaleza.
CONSEJO CANTINELERO: ¡SEAMOS RESPETUOSOS CON LOS TESOROS NATURALES!
Desgraciadamente, en los últimos tiempos este reducido espacio ha venido soportando una afluencia cada vez mayor de visitantes y un comportamiento cada vez más incívico por parte de éstos, sobretodo durante los meses de verano. Ojalá no hiciera falta recordar la imperiosa necesidad de concienciar a la población en el respeto y la preservación del importante nivel ecológico de este bellísimo lugar. Por favor, si visitáis las Pozas de Somogil, sed cuidadosos con este verdadero tesoro natural.
No se puede decir que las Pozas de Somogil hayan sido descubiertas hace poco precisamente. De hecho, ya en el siglo XIX éste ya era un lugar muy popular entre las gentes de la comarca debido a las propiedades beneficiosas de sus aguas termales (en turnos separados de mujeres y hombres, que un vigilante marcaba con un toque de corneta). Prueba de ello son las ruinas próximas de algunas edificaciones que en otros tiempos probablemente sirvieron para que esas personas pudieran cambiarse de ropa y dejar a buen recaudo sus pertenencias.

El Estrecho de Bolvonegro
Seguimos en el río Alhárabe, aunque mucho más abajo. Allí donde éste muere y se fusiona con otro río, el Benámor, formando la génesis del río Moratalla, se encuentra otra de las maravillas naturales de Moratalla y de toda la comarca del Noroeste: el Estrecho de Bolvonegro, cuyo nombre preciso era Gorgonegro o Borbonegro (un nuevo error de transcripción), otro enclave declarado Lugar de Interés Geológico (LIG) protegido por la Red Natura 2000 por su importante valor geológico, ecológico y arqueológico.
Se trata de un nuevo recuerdo del Estrecho Norbético, el canal marino que unía el Mediterráneo con el Atlántico hace 20 millones de años. Después del choque entre la placa Africana y la Euroasiática y el consecuente cierre del estrecho, los materiales sufrieron fracturas que las aguas superficiales aprovecharon para ir erosionando las diferentes capas hasta llegar a formar los actuales cursos fluviales.

El punto de inicio del sendero se encuentra indicado con el cartel «Paraje Bolvonegro» en la carretera que va de Moratalla a Calasparra, a pocos kilómetros del pueblo. A lo largo de esta espectacular ruta lineal de 6 km de distancia (se tardan entre 2 y 3 horas en completarla) iréis encontrando diversos paneles explicativos que hablan de las distintas estructuras sedimentarias existentes, fallas, pliegues, fósiles, ripples (marcas dejadas por el oleaje) y volcanes de fango, entre otras.
Una auténtica clase de geología con un final de vértigo, el desfiladero tallado por el propio río Moratalla por «erosión remontante» (esto significa que el agua excava el terreno en las partes más bajas de la roca), por lo que, a medida que avancéis en vuestro camino, el cañón se hará cada vez más profundo, hasta formar una verdadera escultura sin parangón que os dejará literalmente sin palabras.

Por si faltara algo en esta apetecible ruta, al principio de la misma podréis disfrutar también de los restos arqueológicos del poblado íbero de Los Molinicos, declarados Bien de Interés Cultural. En realidad, los íberos fueron los últimos en aprovechar el enclave estratégico del cerro encajado entre los ríos Benámor y Alhárabe. Se cree que diferentes pobladores han habitado este lugar… ¡desde el 3.000 a.C.!

La floración del lavandín y el espliego
Y llegamos a la última de las razones por las que os vais a enamorar irremediablemente de Moratalla, un espectáculo natural que os brindará un deleite visual y olfativo a partes iguales. Me estoy refiriendo a la floración del lavandín y el espliego que tiene lugar durante todo el mes de julio concretamente en las pedanías de Campo de San Juan, El Sabinar y Campo de Béjar.
Todo este territorio, además de encontrarse en el límite entre el Sistema Prebético y el Subbético, lo cual supone una de las singularidades geológicas más importantes del Sureste español, posee unas condiciones bioclimáticas muy especiales que lo convierten en uno de los más idóneos del mundo para el cultivo de plantas aromáticas y la elaboración de sus esencias naturales. De ahí que en los últimos tiempos su creciente fama esté atrayendo a turistas y compradores de todo el territorio nacional, incluso del otro lado del Atlántico.

Disfrutaréis entre los campos, no solo de lavandín y espliego, sino también de romero, tomillo, salvia, orégano y manzanilla. Aprovechad la caída del sol para que los colores de los campos se intensifiquen aún más, añadiendo un plus al deleite visual, y prolongarse hasta altas horas de la noche para que los visitantes puedan disfrutar de la visión más nítida posible de las estrellas.
¿SABÍAS QUE…?
Esta afirmación no es baladí, ya que fue la propia NASA la que catalogó el cielo de la Sierra de Moratalla, concretamente el de la pedanía de Inazares, como el más limpio de contaminación lumínica de toda la Península Ibérica y uno de los más idóneos para la observación astronómica de toda Europa. ¿Cómo os quedáis?

Hasta aquí las numerosas razones por las que os vais a enamorar irremediablemente de Moratalla. Existen, por supuesto, muchas más (el castillo roquero de Benizar, la Ermita de la Rogativa, la ascensión a los picos más altos de toda la Región de Murcia o la observación astronómica en Inazares, por ejemplo), pero, tal y como decía al principio, Moratalla es inabarcable e inagotable y siempre se guardará algún secreto por descubrir. Espero haberos convencido para que os animéis a visitar Moratalla, ¿a qué estáis esperando?
¿Dónde comer?
No hay duda, si venís a Moratalla, vuestro restaurante es La Pastora. Ubicado en el Paraje de la Casa de Cristo, a unos 7 km del pueblo, junto a la ermita que alberga el Centro de Interpretación de Arte Rupestre y el espectacular mirador natural que da a la Sierra de Moratalla, este establecimiento ofrece ricos manjares y postres caseros por un precio más que razonable. ¡Y con un servicio inmejorable! No olvidéis reservar mesa en la zona de sus cristaleras, donde se disfruta de unas vistas panorámicas de todo el entorno.

¿Dónde dormir?
Moratalla cuenta con un gran número de alojamientos donde quedarse a dormir y poder disfrutar así de este paraíso rural. Uno de ellos es El Retiro, un complejo a las afueras del pueblo con parque infantil, piscina exterior, restaurante y habitaciones limpias con terraza. Una opción muy económica para disfrutar de todas las actividades que ofrece la zona. ¡Admiten mascotas!

¿Te ha gustado este post sobre Moratalla? ¿Nos ayudas a difundir esta joya patrimonial de la comarca del Noroeste murciano?
¿Quieres conocer el resto de pueblos del Noroeste murciano? Calasparra, Cehegín, Caravaca de la Cruz y Bullas. ¡No te pierdas la GUÍA DEFINITIVA con todos los atractivos de la comarca del turismo rural!
¡Hasta pronto, cantineleros!


10 comentarios
Tomo
Muchas gracias por el artículo. La verdad que me ha encantado, muy completo y bien explicado. Murcia nunca ha estado en mi mapa de destinos pero Moratalla me ha conquistado.
Un saludo,
Toni
Rafael Ibáñez
Hola Toni!
Muchas gracias por pasarte por el blog cantinelero y por tu comentario. La verdad es que Murcia es una de las grandes desconocidas porque tradicionalmente no se ha sabido vender de cara al exterior, por suerte eso ya está cambiando. Moratalla es uno de esos tesoros ocultos que merece ser descubierto. Un fuerte abrazo!
Emma
Creo que Murcia es una gran desconocida, pero cada uno de tus artículos nos acerca más a esta zona de España tan infravalorada, ¡me entran ganas de hacer una ruta por Moratalla!
En mejor ocasión será…
¡Un abrazo familia!
Emma
Rafael Ibáñez
Cuando os animéis a venir, estaré encantado de compartir buenos ratos con vosotras. Así mismo, cuando nos animemos a visitar Galicia, seguro que allí estaréis vosotras, esperando. Un súper abrazo y gracias, como siempre, amiga
Laura Monge
Genial como siempre Rafael. Me ha gustado mucho, muy completo y documentado.
El día que pueda ir a Murcia ten por seguro que te pediré consejos, mientras tanto me apunto cositas.
Un abrazo.
Rafael Ibáñez
Muchísimas gracias Laura, como siempre por tu apoyo. Ten por seguro que cuando os animéis a venir por aquí yo seré el primero en llevaros a todos estos sitios maravillosos que tenemos en la Región. Un abrazo!!
María José
Me ha encantado tu artículo. Mi familia es de Moratalla, yo nací allí y la verdad es que apenas conozco la mitad de tus 12 razones.
Sueño con poder volver algún día y descubrir el resto de ellas.
Me ha llegado al corazón.
Muchas gracias!
Rafael Ibáñez
Tu comentario sí que me ha llegado al corazón. Muchísimas gracias!!
Alejandro
Hola. Muchas gracias por este bello articulo. Me pregunto si Moratalla es una buen lugar para vivir. Como es la gente local, hospitalaria o un poco mas cerrada? O sera que Moratalla es mejor como un lugar para visitar solamente? Gracias!
Rafael Ibáñez
Hola Alejandro! La verdad es que yo también me hago esa misma pregunta, porque encuentro la comarca del Noroeste un lugar muy atractivo para vivir, sin embargo una cosa es visitar el lugar y otra comprarse una casa para vivir en él. La gente que conozco de Moratalla es sin duda muy hospitalaria y servicial, pero imagino que habrá de todo! Si estás pensando en mudarte allí, te recomiendo consideres la opción de Caravaca de la Cruz, un pueblo también hospitalario ya que recibe miles de turistas al año. Un abrazo!